La AMAU se creó como un espacio de encuentro para las pocas mujeres estudiantes de arquitectura en una vida académica, profesional y pública totalmente masculina; con la confirmación del tiempo, hemos devenido en una de las primeras asociaciones civiles de mujeres profesionistas en México y el primer grupo de arquitectas que ha permanecido desde 1969.
La AMAU surge en el seno de la academia de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) a fines de la década de los años 60, en un mundo agitado política y culturalmente, momento cuando se visibilizaron en América las primeras organizaciones que reivindicaban los derechos de las mujeres.
Gracias al entusiasmo de Domingo García Ramos, único maestro en urbanismo de la entonces Escuela Nacional de Arquitectura (ENA) –único centro de estudios de arquitectura en el país hasta mediados del siglo XX-, las 5 jóvenes estudiantes de la generación, entre ellas Estefanía Chávez Barragán y Jessie Woodward comenzaron a reunirse para intercambiar ideas sobre cuál sería el papel de las mujeres arquitectas que recién estaban figurando en el campo profesional.
Conforme pasaron las generaciones, se fueron incorporando muchas otras más a este grupo. Mujeres como Ma. Luisa Dehesa y Gómez Farías (1ª mujer titulada arquitecta en México) y Beatriz Cuarón fueron integrándose posteriormente a la AMAU, así como las urbanistas.
A pesar del contexto histórico patriarcal de la época, estas valientes profesionistas no coartaron su desarrollo laboral por una vida totalmente familiar, trataron de ser lo más Responsables y eficientes posible con la finalidad de abrirse un espacio entre sus colegas arquitectos y, con el doble de esfuerzo que implica el modelo tradicional de la división del trabajo por género, demostraron que eran igualmente capaces, profesionales e inteligentes (recordemos que por esas fechas esto aún estaba en duda).
Gracias al empeño y cuidado de la Dra. en Urb. Estefanía Chávez Barragán (d.e.p.), esta organización ha permanecido hasta nuestros días, la fortaleció con los vínculos con otras asociaciones como el Colegio de Arquitectos de la Ciudad de México – Sociedad de Arquitectos de México (CAM-SAM), el Encuentro Iberoamericano de Mujeres Ingenieras, Arquitectas y Agrimensoras (EIMIAA) y la Federación de Mujeres Universitarias (FEMU), por mencionar sólo algunas. También, gracias a nuestra fundadora, se integraron mujeres de otras profesiones a fines, por la premisa de que quien estuviera interesada/o en las ciudades, era ya estudiosa/o de ellas.
En la actualidad, los retos que enfrentamos las mujeres en nuestros gremios no han sido completamente superados, por ello la AMAU refuerza el desarrollo profesional de las arquitectas y urbanistas, y divulga una visión integral e incluyente del espacio a través de la interdisciplinariedad, con el objeto de mejorar el hábitat de una manera más humana, amable, equitativa, incluyente, y respetuosa del ambiente natural, siempre desde la perspectiva de las mujeres.
Hacemos nuestro más amplio reconocimiento a la Dra. Estefanía Chávez, profesora emérita de la máxima casa de estudios de México, quien es pieza clave para el desarrollo de nuestras disciplinas al ser precursora de la carrera de Urbanismo en la UNAM, por su extensa vida académica, su labor como funcionaria pública y sus aportes a la equidad de género al procurar la subsistencia de AMAU.